"De ser árbol"
Esta serie de dibujos se inspiró en un sueño que tuve a principios de 2007.
En el sueño tengo el mandato interno de buscar el cuadro “El descendimiento de la cruz” de van der Weyden. La creación de estos dibujos también se ve influenciada por mi experiencia de la obra “La pasión según San Mateo” de Bach, las reflexiones de Francis Bacon sobre la naturaleza universal y arquetípica de la crucifixión y el sufrimiento humano, así como las expresiones escultóricas profundamente femeninas y personales de Louise Bourgeois que expresan procesos de sufrimiento. Esta experiencia abrió mandatos internos, y posibilidades específicas, con respecto a patrones de búsqueda, desmembramiento y transformación.
El desdoblamiento de esta serie de dibujos es un proceso en sí mismo. La serie la he dividido en cuatro secciones principales. La primera sección de cuatro imágenes se titula Crucifixión y sufrimiento. La quinta imagen es -en sí misma- una sección titulada Desmembramiento. La tercera sección de dibujos, titulada Transformación, está constituida por siete imágenes. La sección de los cuatro últimos dibujos se titula Dualidad.
Los procesos de desmembramiento y transformación representados en esta serie de dibujos no necesariamente se dan en una secuencia ordenada y lineal. El espectador, según las reverberaciones que tengan los dibujos en su psique, podrá verlos en otro orden.
En la primera sección de dibujos, Crucifixión y sufrimiento: “Crucifixión I”, “Crucifixión II”, “Scala Dei” y “Arco de histeria” el espectador verá un conjunto de imágenes radiográficas del sufrimiento, una condensación del dolor.
Los primeros tres dibujos de Crucifixión y sufrimiento expresan la vulnerabilidad de un cuerpo que está suspendido, fijo, paralizado, sin brazos, sometido, tocado y lastimado por múltiples manos. En estas tres imágenes subyace insinuado un territorio que evoca orden.
El cuarto dibujo de esta serie se inspira en la escultura de Louise Bourgeois, “Arco de histeria” En la escultura de Bourgeois, se muestra una figura arqueada. En mi imagen, se insinúa el territorio de la crucifixión, que -junto con los rayos de luz que irradian del cuerpo- transmite la sensación de un apoyo misterioso y de la aceptación del desmembramiento que vislumbra un nuevo orden con significado.
La segunda sección, titulada Desmembramiento, está constituida por un solo dibujo, “Desmembramiento en equilibrio”. Esta imagen, en particular, es esencial para entender la serie como un todo. Expresa la realidad de la destrucción necesaria de un viejo orden con el fin de transformarse en un nuevo orden.
El desmembramiento y la transformación a través del sufrimiento encarnado, ha sido una constante en mi trabajo. En esta serie de dibujos, se enfatizan las energías del desmembramiento creativo, regenerador y el nacimiento a una nueva vida. Esto reverbera con el mito ancestral del desmembramiento / re-membramiento de Coyolxauhqui que conllevó la creación de las fases de la luna.
En los siete dibujos de la tercera sección, titulada Transformación, las imágenes emergen como cuerpos que se transforman en árbol. Las referencias tanto a cuerpo como a árbol son veladas. Estas expresan un misterioso fenómeno que desde hace mucho tiempo me ha interesado, tanto a nivel psíquico como formal: el hecho de que los seres vivos compartimos un diseño universal con variantes, adaptaciones y permutaciones, como por ejemplo, la ligereza numinosa de la capilaridad de una hoja y las venas de una mano o la verticalidad de la columna vertebral de un ser humano y el tronco de un árbol. La esencia universal, la fuente divina, así, se hace visible.
En la parte final de esta serie, titulada Dualidad, comienzan a aparecer imágenes de opuestos separados y, a la vez, en relación: figuras diferenciadas en dos, figuras femenino - masculino en equilibrio, figuras relacionadas entre sí. Un orden nuevo va cobrando existencia, se va consolidando una nueva identidad.
El espectro más amplio de la serie en su conjunto expresa un camino que atraviesa por el sufrimiento, la fragmentación, el retorno a la naturaleza, el volverse a conectar con los orígenes, con las raíces y la subsiguiente transformación de una identidad, una re-integración al mundo.
Tanto el proceso como el tamaño de las piezas tienen un gran significado. Trabajo simultáneamente con la imagen de un tótem o deidad protectora y la imagen de un cuerpo-árbol.
En mi trabajo artístico, un mandato interno me impulsa a establecer un proceso ceremonial y ritual. Literalmente uso mi propio cuerpo. Trabajo con el papel en el piso, camino alrededor y me acuesto sobre él para dejar una huella. Entrar en contacto con el papel, se convierte en toda una reflexión acerca de la experiencia de habitar un cuerpo. El pulso del ritual es muy lento. Cada marca tiene que encontrar su lugar. Las imágenes van tomando forma a través de un proceso de ir dibujando y borrando. Por medio de esta interacción entre opuestos, se expresa el misterio de la corporalidad, en continua lucha entre presencia y ausencia. Aún más profundo que la presencia de la forma encarnada es aquella de la esencia divina misma.
Sandra Pani
Enero 2008